Cebú es la segunda ciudad más importante de Filipinas después de su capital Manila. Aparentemente no tiene mucho atractivo turístico, pero si buscas, encuentras. Además, es caótica, está sucia y hasta arriba de contaminación. Para los españoles puede tener un plus de interés por la huella que dejaron los más de 300 años de colonización entre los siglos XVI y XIX, como la Basílica del Santo Niño o el Fuerte de San Pedro.
Vaya cambio presentarme en Cebú después de mis días en el isla paradisíaca de Boracay. ¡No hay color! Ya que desde Cebú tuve que tomar varios vuelos en diferentes días, me quedé varias noches en casa de Roberto mediante Couchsurfing, un italiano que reside allí desde hace año y medio, y junto con la filipina Alieth me llevaron a comer el famosísimo -y delicioso- Lechón, plato típico filipino.
El resto de noches me alojé en el Capitol Central Hotel & Suites, un oasis en la ciudad y con un staff majísimo.
Aunque parecía que la ciudad no tenía nada para ver, dediqué un par de días a recorrerla y pude descubrir sitios interesantes. El sitio más visitado es sin duda la Basílica del Santo Niño del siglo XVI, cuando los españoles estaban en Filipinas. Se construyó en el mismo lugar donde se encontró la imagen del Santo Niño de Cebú después de que Fernando de Magallanes se la regalara al jefe de la tribu de Cebú. Como curiosidad, muchos Filipinos creen que el Santo Niño de Cebúes el mismísimo Cristo. De ahí la fila de gente que tuve que comerme para poder verlo.
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Yo que soy de perderme por barrios poco turísticos y a cualquier hora del día, en esta ciudad la verdad que me comedí bastante. Podríamos decir que no está entre las ciudades más seguras del mundo, con lo que de noche es mejor evitar ciertos barrios, no queramos tener un susto. Eso sí, por el día yo soy de los que me gusta patearme la ciudad, aunque parezca que no hay nada interesante siempre está la motivación de ver cómo es la vida local en lugares con culturas tan diferentes. Y Filipinas tiene el aliciente del pasado español -el 30% de las palabras en su idioma son exactamente igual en castellano– y que son mayoritariamente católicos, algo diferente al resto del Sudeste Asiático.
Como ya he comentado en alguna otra ocasión, la comida precisamente no es lo mejor de Filipinas. Bueno, si solo te gusta comer arroz con cerdo, y cuanto más aceitoso mejor, entonces Filipinas es tu país. Pero si te gusta la variedad o si eres vegetariano, no esperes mucho del arte culinario filipino. Hay excepciones, no lo voy a negar, pero en la mayoría de los lugares locales y baratos es así. Está claro que tienes la opción de irte a un McDonald’s o a una pizzería, pero eso de comida local tiene poquito.
Por otro lado, Cebú está repleto de centros comerciales, cosa que agradecía aunque fuera exclusivamente para escapar del calor sofocante que hace en mayo en este país. Lo que no esperaba encontrarme en un supermercado de allí era la mítica Sangría Don Simón o cervezas Estrella Galicia. ¡Producto español a miles de kilómetros de distancia!
Punto y aparte merecen los Jeepneys, esos camiones de las fuerzas armadas de los Estados Unidos abandonados durante la Segunda Guerra Mundial que actualmente se utiliza como transporte público local. Tranquilamente podría estar entre los más horteras del mundo. Cada uno más colorido y tuneado que el anterior. No solo los puedes ver en Cebú ya que son utilizados a lo largo de todo el país. De la comodidad de los mismos mejor ni hablar, especialmente si van como sardinas enlatadas, eres alto como yo o llevas la mochila encima. Aun así, a mi que no me vengan con taxis. En Jeepney a todos los lados aunque se tarde una eternidad. ¿Prisas? Ninguna. El espíritu mochilero, ya sabes…
A las 5 de la mañana, sin dormir nada e inmediatamente después de ver cómo eliminaban al Real Madrid de las semifinales de la Champions, me fui a la estación sur de autobuses para tomar uno que me llevara a Tan-Awan en Oslob, donde poder bañarse rodeado de tiburones ballena, el pez más grande del mundo con 12 metros de longitud. Volví con sentimientos encontrados ya que tener a un animal de tales dimensiones a escasos centímetros es una experiencia increíble pero al mismo tiempo el circo que hay montado allí no lo comparto en absoluto.
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Muchas Gracias por la información y te agradezco por compartir las fotos,para uno darse idea de como es la región que visitas, eres muy generoso en eso. seguiré leyendo vuestras aventuras…
Un placer compartirlo!
Gracias por tus palabras :)