Cartagena de Indias: Una explosión de colores en Colombia

Primer destino en mi aventura sin billete de vuelta por Latinoamérica. ¡Esto si que es empezar bien un viaje!

Cartagena me ha sorprendido positivamente. No sabía nada sobre ella y en ocasiones esa es la clave, no llevar ninguna expectativa.

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Si hay algo que me llevo en la memoria de esta ciudad es sin duda sus colores. ¡Qué maravilla! Como muestra esta famosa Palenquera. Qué felicidad transmite, ¿verdad) :)

Recorrer sus calles entre los edificios coloniales es fantástico. ¡Y esas fachadas y esas puertas!

Verdes, amarillos, rojos, marrones, rosas, naranjas, blancos, azules, otros azules, más azules… Todos mezclados, pero muy bien mezclados.

Un auténtico placer para cualquier amante de la fotografía :)

La cantidad de plazas con encanto que hay en la parte amurallada, empezando por la puerta de entrada en la Torre del Reloj, invita a pasear sin descanso. Bueno, un descanso se necesita. La humedad y el calor aquí es algo fuera de lo normal…

Una mención a parte merece la Catedral de Santa Catalina de Alejandría. Me gustó especialmente, tanto de día como de noche.

Recomendable también subir a la muralla y admirar las vistas que hay desde allá arriba, con el skyline de Bocagrande al fondo.

Pegadito al centro se encuentra el que para mi es el mejor barrio de Cartagena. Getsemani.

Su ambiente nocturno y el arte urbano que lo viste hacen de esta zona la mejor tanto para salir a cenar o tomar algo como para dormir, ya que se concentran los alojamientos más económicos de la «zona segura». Las habitaciones compartidas no bajan de los 20.000 pesos y las privadas de los 50.000 para una persona, pero yo encontré una privada con 2 camas para mi solo por 25.000 (7€). ¡Si buscas, encuentras!

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Cuando me refiero a «zona segura» es por lo siguiente. Hay que diferenciar las dos Cartagenas que existen. La que se encuentra en el centro amurallado y el resto. De noche no es muy recomendable andar por según qué zonas y eso lo pude ver con mis propios ojos ya que los primeros días me alojé mediante Couchsurfing a 20 minutos andando y el cambio al salir del centro es brutal.

Eso no quiere decir que no se pueda ir a otras zonas de la ciudad. Si quieres vivir lo que es el ajetreo y la vida realmente local no puedes dejar de acercarte al Mercado de Bazurto.

Casualmente Óscar, el chico que me alojaba, tiene una agencia de turismo y sabe muchísimo de Colombia en general, Here Travel Mates, ofrece ese tour que te lleva por todo el mercado (es gigante) y puedes probar una variedad innumerable de frutas, comer pescado fresco o probar la cerveza local Costeñita.

Como curiosidad, entre los puestos de alimentos o bazar, cada cierto tiempo, hay como bares con la música a toda leche (muy típico por aquí, se van a quedar sordos…) y gente bailando y tomando cervezas. Muy auténtico todo :)

Y para terminar, ¿por qué no pasar un rato navegando por la bahía de Cartagena, con el skyline al fondo, disfrutando del atardecer y bebiendo unos mojitos o cuba libres?

Los chicos de Sibarita Express me dejaron vivirlo el primer día que llegué y, aunque el tiempo no acompañó, la experiencia fue genial.

Mis días en Cartagena terminaron camino del paraíso Islas del Rosario en velero, donde me quedé varios días, y de la ruta costeña del Parque Tayrona, Taganga y Palomino.

¡El Caribe Colombiano me esperaba!

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