Koh Chang, una isla para desconectar, y el retorno a la maravillosa isla de Koh Tao

Con la resaca de la fiesta de fin de año en la isla de Koh Lanta me cruzo media Tailandia para regresar a la isla de Koh Tao y sacarme el curso Advanced de buceo en IHASIA, que me permite bucear a 30 metros de profundidad en cualquier parte del mundo. ¡Objetivo conseguido!

Después me cruzo la otra otra media Tailandia para pasar unos días en la isla de Koh Chang, en la frontera con Camboya, mi próximo destino.

3 meses atrás ya hablé en este post de esta maravillosa isla tailandesa donde me saqué el curso Open Water con la escuela IHASIA. Tanto engancha que he vuelto para ir un paso más allá y obtener el Advanced.

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En esta ocasión alquilé una moto y pude disfrutar de rincones de la isla que antes no había descubierto, yo solo y en compañía de Paola, una viajera Chilena con la que compartí mis días allí. No está de más recordar las playas de color turquesa o las vistas desde unos miradores prácticamente inaccesibles. No quiero poner muchas fotos ya que en el otro post de Koh Tao ya hablé en profundidad de la isla, pero aquí van unas pocas de esta ocasión.

Con mi carnet Advanced bajo el brazo tomo un ferry nocturno, súper cómodo, en serio, y barato 10 euros, a Chumphon para desde ahí subirme en el tren camino a Bangkok durante 11 horas en las que pudimos compartir momentos con gente local auténtica sin parar de comer todo el viaje lo que las señoras pasaban continuamente.

¡2 euros el viaje! Si hubiera contratado el viaje desde Koh Tao en una agencia eran casi 30 euros. ¡Y me habría perdido la aventura que es viajar en tren por Tailandia!

Tuve que hacer noche en Bangkok antes de ir a Koh Chang. En Khao San Road, entre cerveza y cerveza con otros viajeros que uno va conociendo, por fin comí algo que no pensé que fuera a probar después de tanto tiempo en Tailandia… ¡un escorpión! He de reconocer que estaba buenísimo. Porque no son baratos, si no habría caído alguno que otro más… :)

He de decir que después de este han venido más «animalitos» como gusanos, cucarachas, saltamontes… ¡No es coña!

Madrugón y otro día de viaje hasta Koh Chang, una isla al este de Tailandia en la frontera con Camboya. Era un destino perfecto ya que no había estado antes y me venía genial para entrar en Camboya unos días más tarde. La isla no es ni la más bonita de Tailandia, ni la más fiestera, ni la menos turística, ni la más acogedora, pero explorándola con la moto puedes encontrarlo todo.

Yo me alojaba en Lonely Beach, la playa mochilera y con más ambiente por la noche. Mi playa preferida Khong Koi al sur de la isla, la que estaba más vacía y prácticamente virgen. White Sands, la más famosa, Hat Kai Mook, Kai Bae o Klong Prao también son de postal.

Algunos como el lujoso Siam Royal View, en el norte de la isla, está en una playa que es un auténtico paraíso. ¡Y vacía que es lo más importante!

La isla tiene una carretera que la rodea pero en el interior absolutamente todo es jungla. Ni camino ni forma de acceder a ella. Varias atracciones con elefantes y cascadas que dicen que están muy bien. Yo no fui a verlas ya que había que pagar y son muchas las cascadas que he visto en estos últimos meses. Desde diferentes puntos de la isla se podía disfrutar de bonitas vistas y atardeceres en una tranquilidad absoluta.

En el sur se encuentra Bang Bao, un pueblo de pescadores totalmente construido en un muelle, donde tienes desde restaurantes y tiendas de todo tipo hasta escuelas de buceo.

Como curiosidad, en el norte de la isla hay un templo chino, el cual tiene un cartel en la entrada que es, por decirlo de alguna forma, impactante…

El último día, no podía irme sin un masaje tailandés de 1 hora por 5 euros atardeciendo en la playa para despedirme del país, y por supuesto cenando un Pad Thai callejero y una cerveza Leo (Yo es que soy de Leo, no de Chang…). ¡Más típico imposible!

Un «adiós» conlleva un «hola» en mi aventura y despedirme de un país implica que me adentro de lleno en otro nuevo con millones de experiencias por delante. Muchísimas buenas, otras no tan buenas como contaré más adelante.

Para empezar, las historias que he oído sobre la frontera entre Tailandia y Camboya. La verdad que no tuve problemas y manejé bien los intentos de timos y estafas.

Primer destino camboyano, Siem Reap, para quedarme literalmente asombrado con los maravillosos Templos de Angkor. ¡A-LU-CI-NAN-TE!

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