Hoi An en Vietnam. Ciudad súper turística que te atrapará sin que te des cuenta

Desde la ciudad imperial de Hue, mi anterior destino, tomo un sleeping bus para hacer un recorrido de 9:30 a 12 de la mañana. Tumbado. Así son los vietnamitas de chulos. Me presento en Hoi An, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1999. Ciudad súper turística y completísima, donde poder disfrutar de unos edificios y un casco antiguo con mucho encanto, ambiente de día y de noche, bares, restaurantes, campo, resorts y playas más que aceptables que hicieron que me quedase varios días por ahí. Encima me pilló luna llena, la ciudad se queda totalmente a oscuras y se viste con faroles de colores que la gente lanza al río. ¡Hoi An te atrapará!

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En el momento que uno pisa Hoi An ya sabe que es una ciudad diferente. Para empezar por el precio del alojamiento y restaurantes. Caro comparado con el resto del país. Y es que el turismo que tiene esta ciudad abarca todos los campos. Desde mochileros hasta gente con nivel adquisitivo alto durmiendo en increíbles resorts.

Yo me alojé en el sitio más barato con diferencia de la zona del camino hacia la playa. Se llama Memories Co Nho Homestay -195 Pham Ngu Lao- y tienes habitaciones compartidas desde 6$. Los dueños súper amables y puedes comer en el restaurante de enfrente, Nhan Nghia, que también es barato y la comida está increíble. Lleves un presupuesto ajustado o no, ¡recomiendo ambos!

El otro atractivo turístico que tiene la ciudad es, sin duda, sus playas. No llegan ni por asomo al nivel de las tailandesas o las filipinas, por poner un ejemplo, pero me sorprendieron positivamente ya que no esperaba encontrarme con eso en esta parte de Vietnam. Muy largas, arena blanca, palmeras y no demasiada gente. Es zona de windsurfistas ya que el viento en esta zona del país invita a realizar este tipo de deportes, con lo que el agua está más fría de lo normal. Pero se agradecía, que el calor seguía apretando de lo lindo.

La noche anterior coincidía que era luna llena. Toda una suerte ya que las noches de luna llena en Hoi An se celebran especialmente. La ciudad se queda completamente a oscuras, con la única luz desprendida por los farolillos que venden las mujeres y niños a lo largo de la vera del río y que los turistas compran por medio o un dolar y lanzan al agua pidiendo un deseo.

La cantidad de turistas que había congregada ahí no la había visto en ninguno de mis destinos en todo Vietnam. Es curioso de ver y también peligroso a mi parecer. ¡No se ve un pimiento mientras vas andando! Con la suerte que tenía últimamente no habría descartado tropezarme y romperme un tobillo o caer al agua :)

Los días que me quedé en Hoi An me los pasé de la playa a la ciudad antigua pasando por el campo. ¡Y haciendo piernas con la bici! La verdad que es una ciudad tan agradable que invita a quedarse varios días y disfrutar de lo que ofrece. Además, conocí a gente muy maja esos días con la que compartí anécdotas y vivencias viajeras. ¡Vida mochilera!

De nuevo a la carretera y de nuevo a subirme a un sleeping bus, que ya le estoy cogiendo el puntillo y cada vez me parecen menos incómodos. En esta ocasión el viaje que me espera es de ¡20 horas! 14 horas hasta Nha Trang, ciudad costera que no me recomendaron quedarme ya que era una especie de Benidorm lleno de rusos, donde solo pararía para cambiar de bus y subirme a otro 6 horas dirección Dalat, escondida entre valles y montañas, donde poder disfrutar de vistas panorámicas y coloridas casas o acercarse a alguna de las cascadas que hay en los alrededores. ¡Un cambio de aires!

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