Boracay. La isla paradisíaca más turística de Filipinas. Atardeceres de otro planeta

Me imaginaba lo que me iba a encontrar en Boracay al ser el destino más famoso de todo Filipinas. Una isla paradisíaca pero demasiado sobreexplotada, aunque si se busca es fácil encontrar esas playas perdidas y alejadas de todo. Millones de actividades para realizar. Tuve la fortuna de disfrutar de buceo, tratamientos, masajes, yoga… Los atardeceres son de otro planeta. ¡Unos días inolvidables que no hubiera deseado que terminaran nunca!

Muy temprano en la mañana llegué en el ferry nocturno al puerto de Caticlan desde Batangas, donde había estado buceando y relajándome al máximo mis días pasados en otro de esos paraísos filipinos, Talipanan Beach y Puerto Galera. A Caticlan le separa de Boracay 10 minutos en bangka, barcos pequeños utilizados en Filipinas para desplazamientos cortos.

Después de pagar todas las tasas en la terminal de ferry que se sacan de la manga llego a Boracay y me presento directamente en la escuela de buceo Fisheye Divers, comandada por Carlos, un español que lleva viviendo 21 años en Boracay. Blanco fácil del programa ‘Españoles por el mundo’ que le visitaron hace un tiempo. Según me cuenta tomándonos unas cervezas, en aquella época la isla era otra historia. No había carreteras, ni coches, ni edificios… Un par de cabañas y poco más. Me habría gustado trasladarme en el tiempo 20 años atrás y descubrir cómo era aquello.

Con Carlos y su equipo realicé varias inmersiones y todas diferentes entre si. Crocodile Island más tranquila y relajada. Camila 2 Wreck donde bajamos hasta un barco hundido y podías meterte en la cabina de mandos, en la bodega… Y Yapak, la estrella de la zona, donde bajas a unos 37 metros y ves cantidades de peces enormes alrededor tuyo. Atunes gigantes, barracudas, peces trompeta, nemos… Disfruté muchísimo con ellos. Carlos es un crack que tiene mil historias que contar y merece la pena pasarse y descubrir qué depara el fondo del mar. ¡Uno ahí abajo encuentra la paz absoluta!

En mis días en Boracay me alojé en 2 lugares distintos, totalmente diferentes uno del otro. Para empezar Filipinas es caro, y Boracay no va a ser menos, con lo que no esperes encontrar precios del resto del Sudeste Asiático. Si buscas buena relación calidad-precio Agos Rooms + Beds es perfecto, habitaciones muy grandes con baño privado y cerca de todo.

Si eres un viajero más exigente, te recomiendo el paraíso dentro del paraíso. Me alojé en Mandala Spa & Resort Villas, de lo mejor de toda la isla sin ninguna duda. Creo que no hace falta explicar nada viendo las fotos de mi habitación, ¿verdad? Perfecto para parejitas, lunas de miel o gente que busque la paz absoluta. El tamaño de la cama, que caben 6 personas tranquilamente, era más grande que alguna habitación entera donde había dormido a lo largo de este viaje. Desayuno en la habitación y el staff súper atento. ¡Como un rey vamos!

Pude disfrutar con ellos de 3 horas y media de tratamiento para la piel con yogur y miel o masajes con arroz. De esto que sales del Spa y estas volando, ya me entiendes :)

Además pude dar clases de yoga por primera vez en mi vida. Tenía muchas ganas y como experiencia es interesante. Pero reconozco que en inglés no me enteraba ni de la mitad.

Y así de «vacía» se encontraba la playa el sábado por la tarde, antes del atardecer, hora punta del día, el momento en el que más gente se acerca a White Beach, especialmente turismo local. ¡Una plaga! 
Por suerte no es durante todo el día así, ni todos los días, como has podido ver en las otras fotografías.

Punto y aparte y mención especial tienen los atardeceres desde White Beach. A-LU-CI-NAN-TES. Diferentes tonos rojizos se mezclan con el mar y los barcos presentes. La foto que he elegido de portada lo dice todo. Ante tal panorama, alguno aprovecha la ocasión para pedir matrimonio a la novia. Por lo menos ella dijo YES :)

De noche la playa se transforma y hay un ambientazo tremendo. Infinidad de restaurantes en plena arena, malabaristas jugando con fuego, locales de música en vivo y discotecas. Para todos los gustos. Casualidades de la vida, me encontré con 2 amigos chilenos que conocí en Vietnam y visitamos juntos la mágica Halong Bay meses atrás. Cayeron varias cervezas poniéndonos al día. ¡Y es que hace una ilusión enorme cuando sucede inesperadamente algo de este tipo!

Comer en la isla es caro si te mueves por la zona turística. Pero si te alejas un poquito nada más, tienes la opción de puestos locales por menos de un euro. Lo típico son los guisos, generalmente de cerdo, acompañados de arroz. Y el lechón, por supuesto. Como ya he comentado en alguna ocasión, los vegetarianos en Filipinas creo que lo pasarían un poquito mal.

Los que si se pusieron las botas fueron los de esta boda en plena orilla del mar. Vaya pinta tenía todo y vaya lugar para celebrar una boda, ¿verdad?

Yo que soy de comer mucho y disfruto haciéndolo, la verdad que después de 8 meses fuera de mi país a veces echo de menos una buena comida española. ¡Pues en Boracay sacié mis necesidades de la mejor manera! Hay un restaurante español, Dos Mestizos, que lo lleva una familia mezcla filipina-española-portuguesa, de ahí el nombre, que quita el sentido. Compartí comida con los dueños, Andre y su tío, y de repente me vi comiendo Queso Manchego, Jamón Serrano, Chorizo, Gambas al Ajillo, Salpicao de Vaca o Bacalao a la Vizcaína. ¡Si te pasas no te arrepentirás!
Me hizo mucha gracia el cartel que tienen en el cenicero de la entrada, muy español: ¡FUMA MENOS COÑO!

Como ves mi estancia en Boracay ha sido completita e inolvidable. Si por mi hubiera sido me habría quedado mucho más allí, ¡pero otros destinos me estaban esperando!

Llegó la hora de tomar un vuelo doméstico que había comprado días antes muy barato -por unos 20 euros- para pasar unos días en Cebú, la segunda ciudad más importante de Filipinas después de su capital Manila y con la huella presente que dejaron los más de 300 años de colonización española entre los siglos XVI y XIX. Aprovecharía para acercarme a Oslob y nadar con tiburones ballena, el pez más grande del mundo. Pero el circo que tienen montado ahí es otra historia, y no precisamente recomendable.

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