Impotencia. Eso es básicamente lo que sentí mientras iba en el crucero navegando entre los fiordos y haciendo kayak en Milford Sound. Uno de los lugares que más ganas tenía de visitar de toda Nueva Zelanda pasados irremediablemente por agua. En compensación, la naturaleza me regaló imágenes que nunca hubiera podido ver con mis propios ojos sin toda esa lluvia acumulada.
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La ruta perfecta a dedo desde el maravilloso Lago Wanaka. Todo era amabilidad en la ruta, paisajes y carreteras de película, muchos viajeros con los que compartía aficiones e incluso parábamos a disfrutar de lo que encontrábamos a nuestro paso. El Autostop es 100% recomendable en este país.
Pero fue llegar a Milford Sound y todo cambió. Podría llamarlo mala suerte. Cuando uno se entera que es uno de los lugares más húmedos del mundo y donde más lluvia cae – una media de 182 días al año llueve -, simplemente hay que aceptarlo y no torturarse. Contra el clima no se puede hacer nada. Y que llueva aquí es algo habitual.
Una sola cosa positiva de todo esto: el espectáculo visual que generan las cientos de cascadas en las paredes de las montañas, imposible de ver si no ha llovido con fuerza durante días. ¡Siempre hay que quedarse con lo positivo!
Se puede apreciar la inmensidad de las cataratas, algunas de hasta casi 200 metros, viendo el tamaño de los barcos a su lado.
Aprendí algo esencial para el futuro. Si uno lucha contra la naturaleza, lo más seguro es que salga perdiendo. En mi caso, luché para que mi cámara no se estropeara con el agua. Lamentablemente, no lo conseguí y dejó de funcionar :(
15 km donde el mar se adentra en la tierra con acantilados de más de 1200 metros de altura, difíciles de ver con la niebla que había, dándole un toque tétrico al ambiente. Como si del fin del mundo se tratase…
La excursión la realicé con Go Orange. Gracias a ellos disfruté no solo del crucero en barco, si no que además pude vivir la experiencia de hacer kayak en unos fiordos. ¡Aunque fuera en ocasiones pasado por agua!
Pudimos aproximarnos muy de cerca a las inmensas cascadas. ¡Incluso remar rodeados de leones marinos! Aquí fotografié a muchos de ellos «tomando el sol».
La idea era realizar un tour a Doubtful Sound al día siguiente, unos fiordos mucho menos comerciales, menos accesibles e igual de impresionantes que Milford, pero viendo cómo estaba el clima y sin previsión de variar, preferí no hacerlo y seguir mi camino a próximos destinos.
Para ir a Milford Sound se puede ir en coche directamente hasta allí o hacer noche en Te Anau, desde donde parten todos los tours. Yo, al no tener vehículo y moverme haciendo autostop, preferí pasar la noche en Te Anau. Hay varios backpackers en la ciudad y, si buscas algo más especial, Blue Ridge Bed & Breakfast es una fantástica opción.
Pensé que el mal tiempo se había ido pero me iba a acompañar varios días más. En Queenstown, glaciares Fox y Franz Josef, Pancake Rocks y Cape Foulwind en la costa este de la isla sur de Nueva Zelanda tampoco saldría mucho el sol.
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